El martes 5 de febrero se iba a celebrar el juicio por el despido disciplinario de nuestro compañero Antonio. El día anterior la empresa reconoció la improcedencia del despido y la reclamación económica del trabajador.
La dirección de la empresa conoce perfectamente las complicadas circunstancias a las que se enfrentan nuestros compañeros de Servicio Exterior y lo complicado que resulta sacar su trabajo adelante: solucionar errores, responder a las peticiones de información de sus responsables y otros trabajadores, cumplir los plazos, largas jornadas laborales, la responsabilidad de cumplir con todas las normas de seguridad y todo esto, dando la cara ante el cliente con la responsabilidad que conlleva ser la imagen visible de nuestra empresa.
Con todo esto nuestro compañero siempre ha defendido la injusticia de su despido y la falta de proporcionalidad de su sanción en comparación con otras sanciones aplicadas en circunstancias parecidas o incluso de mayor gravedad. Antonio dejó claro desde el primer momento que solo aceptaría un acuerdo en el que se reconociera la improcedencia de su despido.
Antonio nos ha pedido que hagamos llegar su agradecimiento a todos los compañeros con los que ha compartido estos años de trabajo y de los que sin duda se lleva un buen recuerdo y en especial a todos aquellos que le han transmitido su apoyo y cariño en estos últimos meses.